No me siento defraudado. Esta es una buena novela, interesante, elaborada sin excesos. La narración no se detiene innecesariamente en algún personaje, descripción o idea. Los artificios que utiliza el autor para conducirnos por los recovecos de la trama, pasan desapercibidos. Lo que interesa es saber y comprender más, y la lectura avanza de manera vertiginosa. Rápidamente nos hacemos una idea de cada personaje y de sus particulares tragedias. Los diversos elementos que impulsan el desarrollo de las acciones (motivaciones personales, situaciones familiares, circunstancias políticas o sociales, etc.) van revelándose con meridiana claridad y terminan por proponer un cuadro explicativo del origen de un fenómeno que afecta a toda una nación, a través de una historia personal.
Pero se podría añadir que la claridad se debe también a que se han evitado muchos riesgos; el autor puede no demorarse en explicaciones cuando éstas resultan ser harto conocidas: la ambición que mueve al joven Ricardo Laverde, por ejemplo, es arquetípica. Se hace uso de una clásica forma de crisis sexual en el matrimonio para graficar una diferencia generacional entre el protagonista y su joven pareja. ¿Es necesario que los personajes de un libro sean profundos y complejos para que la historia cobre valor? En el presente caso, la habilidad del autor para referirse a una trama muy interesante, enlazando distintos momentos del pasado de su país (los años ´40, los años ´70, a los que pertenece la juventud de Laverde y Elaine Fritts, los años '80 del recrudecimiento de la violencia narcoterrorista) con el presente, resulta suficiente para hacer atractiva la lectura del libro.
Es la mano del autor lo que cuenta. Todo está muy bien dosificado, el uso de las estratagemas literarias para contar el pasado y para dejar en el misterio lo que no se puede saber; las aclaraciones sobre la geografía y la mentalidad de la gente en las regiones donde transcurren las acciones son pertinentes y justas; así como la recurencia a la imagen del vuelo y la caída; inclusive los guiños y homenajes no estorban la lectura. En lo personal, puedo decir que si bien no sé si alguna vez volveré a tomar este volumen en mis manos para una relectura, en esta primera no pude soltar el libro desde que lo empecé hasta terminarlo.
2 comentarios:
Interesante análisis del libro, creo que lo compraré...
http://blogdellectorempedernido.blogspot.com/
He encontrado por ahí otros comentarios:
http://lectorconsentido.blogspot.com/2011/09/juan-gabriel-vasquez-el-ruido-de-las.html
http://la-fortaleza-de-la-soledad.blogspot.com/2011/09/el-ruido-de-las-cosas-al-caer.html
¿La has leído ya? Gracias por tu vista.
Un saludo
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