Cómo se sentirá meses después de ahora
cuando la lonja rosa del cielo se zambulle
a través de la ventana y uno escucha
las notas altas de la cantante de ópera
un piso más abajo. Ángel del deseo,
ángel de la fortuna, la carreta volcada,
los animalitos de la parte posterior
del camión invadiendo la pista. Siguen
las teclas sosteniendo al ser del piano.
Lo que más he querido es el cielo rojo
volviéndose azul. Es tan hermoso
cuando se consuma. Sosténme, dice
la
intimidad. Mientras tenga vista, miraré.
Las paredes del tiempo se disuelven
siempre que las luces se apagan. Luces
que hacen tan fácil estar con el día. Yo
me acurruco y escondo. No hay espejismo
de sirenas golpeando el frontis vidriado
del hospital calle abajo.
Las estrellas guían al ojo por el cielo.
Será como esto. Una vez y otra.
Mary Jo Bang
Foto: Janis Civan
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