martes, 12 de mayo de 2015

Tan lejos






Es mi hora almorzar, así que me voy

a caminar entre el color de murmullo

de los taxis. Primero, bajando por la acera

donde los obreros ceban sus torsos sucios

resplandecientes con sándwiches

y Coca-Cola, los cascos amarillos

puestos. Se protegen de la caída de

ladrillos, supongo. Luego hacia la

avenida donde faldas revuelan

por encima de tacones y se abultan sobre

las rejillas. El sol es candente, pero

los taxis agitan el aire. Busco ofertas

entre relojes de pulsera. Hay unos

gatos jugando entre aserrín.

                                           Sigo

hasta Times Square, donde el anuncio

esparce humo sobre mi cabeza, y más arriba


la cascada se derrama suavemente. Un

hombre negro parado en un portal con un

mondadientes, rascando lánguidamente.

Una bailarina rubia lo distrae: él

sonríe y se frota la quijada. Todo 

de pronto proclama: son las 12:40 de

un jueves.

                     La luz de neón en el día es un

gran placer, como Edwin Denby lo pondría

por escrito, como son las bombillas en pleno día.

Me detengo por una hamburguesa en JULIET´S

CORNER.  Giulietta Masina, esposa de 
  
Federico Fellini, è bell’ attrice.

Y malteada de chocolate. Una dama en una piel

de zorro en un día como éste asegura a su poodle

en un taxi.      
             
                Hay muchos puertorriqueños

hoy en la avenida, lo cual la

vuelve bonita y cálida. Primero

Bunny murió, luego  John Latouche,

luego Jackson Pollock. Pero, ¿está la

tierra tan llena como lo estaba la vida, de ellos? 

Ya uno ha comido, se pone a caminar

a lo largo de las revistas con desnudos

y pósteres de CORRIDAS TAURINAS y

del Manhattan Storage Warehouse, 

que pronto demolerán. Solía

creer que el Armory Show tenía

lugar allí.

              Un vaso de jugo de papaya

y de regreso al trabajo. Mi corazón está en

mi bolsillo, es Poemas de Pierre Reverdy.    





A Step Away from Them, Frank O´Hara 


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