Me despierto, duda, junto a ti,
al igual que una cortina mal corrida.
Me visto dudando,
lo mismo que una taza
insegura de no haber sido abandonada.
Almuerzo dudando,
trabajo dudando,
voy a un café incierto con amigos escépticos.
Voy a dormir dudando de mí misma,
como duerme un rebaño de cabras
dentro de un camión de pronto silencioso.
Sueño contigo, duda,
Cada noche —
¿pues cuál es el sentido del soñar
sino que todo lo que allí somos
sea pasajero, amorfo, una pregunta?
Mano izquierda y mano diestra,
duda, estás en mí,
lanzando una pelota de básquet, guiando mi cuchillo
y mi tenedor.
Rodilla izquierda y rodilla diestra,
corremos detrás de un bus,
para un reunión que seguramente acabará
antes de que lleguemos.
Me gustaría
conformarme contigo, duda,
como una ventana de guillotina
se acomoda obediente a sus poleas y cuerdas
ocultas.
Dudo de que pueda hacerlo;
tus propios contrapesos gobiernan mis noches y mis
días.
Como el puño colgante de plomo que sostiene
la boca abierta de una ventana,
tú me sostienes,
mi rodilla persistiendo frente a ti, terca,
ofreciendo estas alabanzas rabiosas
que no puedo sino dudar que alguna vez escucharás.
My Doubt , Jane Hirshfield, 1953
Imagen: saore.blogspot.com
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