La vida, amigos, es aburrida. No se debe hablar así.
Después de todo, el cielo fulgura, el gran mar
suspira,
nosotros mismos fulguramos y suspiramos,
y más aún mi madre me decía cuando era chico
(varias veces) ´Ya confesar que estás aburrido
significa que tú no posees
Recursos Interiores´. Concluyo ahora que no poseo
recursos interiores, porque estoy pesarosamente aburrido
Las gentes me aburren,
la literatura me aburre, especialmente la gran
literatura,
Henry me aburre, con sus empeños & aprietos
peor que aquiles,
quien ama a la gente y al arte osado, que me
aburre.
Y las quietas colinas, & el gin, se ven como
una rémora
y de alguna forma un perro
se ha llevado a sí mismo & su cola
considerablemente lejos
hacia las montañas o el mar o el cielo, dejando
atrás: a mí, pécora.
***
Nada
muy malo me ha sucedido últimamente,
¿Cómo
explicas eso? –Yo lo explico, Mr Bones,
parte
´e tu desconcertante rara sobriedad.
Tan
sobrio como se pueda, sin chicas, sin fonos,
¿qué
tanto de malo puede pasarle a Mr Bones?
—Si
la vida es un sándwich de un pañuelo,
en
una modestia de muerte me uno a mi padre
quien
osó hace ya tanto atrás abandonarme.
Una
bala en una escalinata de concreto
muy
cerca de allí un sofocante mar del sur
a
horcajadas sobre una isla, junto a mi rodilla.
—Lo
tuyo es por hambre, Mr Bones,
Te ´fresco este pañuelo, ahora pon aquí
tu pie izquierdo junto a mi pie derecho,
Te ´fresco este pañuelo, ahora pon aquí
tu pie izquierdo junto a mi pie derecho,
hombro con hombro, todo aquel jazz,
un brazo en el otro, junto al mar bello,
susurra un poco, Mr Bones.
—No vi a nadie venir,
en lugar de eso yo fui.
***
Cómo esta mujer halló
el coraje, cómo consiguió hacerse
del coraje, Henry se
entretenía en una frenética caliente
noche del ocho de
julio,
¿de dónde provino,
dirigió el Señor alguna vez la mirada
sobre su antigua cuna
pensando ´Esta va a
compensar antes de
morir
por setenta y dos
años de menudas indignidades
al menos´, y con su
trueno cerró una promesa?
En ese pueblo alejado
quién ojos ponía en
mi madre con vergüenza & rabia
de que nadie debería
soportar tal clase de peregrinaje,
rezongaba Henry
sudando, hecho hombre
pero no hecho a la
bondad de esta mujer en
su gran fuerza, su
esperanza sobrehumana,
no, no, no hecho, de
ninguna forma.
Proclamo un misterio,
farfullaba para sí,
de amor, y cogió el
bourbon de la repisa
Y tomó por ella uno
rebosante, rebosante.
Dream Song 14, 76, 100, John Berryman
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