domingo, 20 de febrero de 2011

Velocidad de los jardines (Eloy Tizón)



De tierras lejanas llegó a mis manos este libro, que no me canso de releer. Ayer o antiayer, no recuerdo, estuve con Familia. Desierto Teatro. Casa, ahora con Los puntos cardinales. Qué original todo, una maravilla. Y pensar que circulaba desde el ´92. Se lo pedí a mi hermana gracias a la encuesta de El síndrome Chéjov.

domingo, 13 de febrero de 2011

Dos libros prestados






Symposium, de Muriel Spark, lo pedí por el entusiasmo con el que comentan de ella (de Muriel) en los excentes blogs Como una metáfora y Strange Library, y no me ha decepcionado, aunque tampoco me haya satisfecho plenamente. Es como un pequeño artefacto, muy bien diseñado y elaborado, que va descubriendo poco a poco sus secretos al lector, quien no puede desprenderse de sus páginas. Sin embargo, al final, como que me dejó la sensación de una carencia a un nivel más profundo, como si hubiese disfrutado de un platillo exquisito, de la más refinada cocina, pero que no haya saciado del todo mi hambre.

¿O es que quizá yo no haya sido capaz de entender todas las implicancias del argumento?




Con Divisadero, de Michael Ondaatje, repetí una experiencia que tuve con su anterior libro, The English Patient; es como si los personajes tuvieran una consistencia vaporosa, no fueran humanos sino trasuntos de una obsesión del autor, seres no terrenales sino ideales. Me llevé el libro porque comienza muy bien, en una granja de California, en los años 70, con una prosa de lirismo y belleza (y precisión, hay que añadir) muy característica, pero luego, a diferencia de The English Patient, la historia avanza rápidamente y, a la mitad, se trunca, para dar paso a otra historia, con otros personajes y en otra época y lugar, a través de la cual se trata de entender o explicar mejor las consecuencias de la primera, para una de sus protagonistas (la chica que antes era Anna).


Debo decir que me gustó más The English Patient, con su interesante explorador que viaja por el desierto con el libro de Herodoto bajo el brazo; quizá el hecho de que esta novela abarque menos ámbitos geográficos y temporales contribuya a dotar de una mayor solidez a sus personajes, en comparación con Divisadero, en la que rápidamente se exponen los sucesos y las motivaciones, se explican muchas cosas y se hacen muchas referencias históricas, todo para ilustrar la idea de que el arte puede salvarnos de la "cruda verdad" de una experiencia del pasado.


¿Quizá deba añadir "sólo para fans de Ondaatje"?