sábado, 12 de marzo de 2011

El atentado (Harry Mulisch)

Tras una primera lectura, debida a esta recomendación, se me ocurren algunas cosas relacionadas con la trama de esta novela.







Creo que Anton Steenwijk trata de escapar de una idea, que viene a ser como una explicación de la muerte de su familia. Esta idea es la de que sus miembros (padres y hermano) no eran personas suficientemente buenas y que por ello les tocó en suerte ser víctimas de las represalias del atentado. Steenwijk quiere olvidar completamente aquella amarga noche de 1945, porque está huyendo de todo lo que esta idea implica. Sin embargo, los encuentros que van sucediento a lo largo de cada "episodio" van conformando un cerco que confirma la plausibilidad de esta idea. Primero están los Beumer, a quienes su hermano estuvo dispuesto a perjudicar, pese a que eran inocentes y amigos de sus padres, que le sugieren que a ellos no les tocó morir aquella noche porque eran creyentes, a diferencia de la familia Steenwijk, que eran paganos (aunque en la novela no se hace mención a sus creencias, hay una curiosa alusión al hecho que el padre de Anton acostumbraba a caminar por delante de su madre, como hacían los indonesios, y con la cabeza gacha).


Esta primera exposición de la idea es un poco débil para un hombre como Anton. Sin embargo, cuando se reencuentra con el hijo de Pleog, vuelve a aparecer la cuestión de las culpas y las responsabilidades. En este caso, Anton le dice a Ploeg que los errores de su padre no son un impedimento para quererlo. Una propuesta que seguramente proviene de la experiencia personal de Anton. Luego Ploeg le recuerda que Anton, cuando ambos eran pequeños, tuvo con él un valiente gesto de camaradería.

En la exposición de Ploeg los comunistas (la resistencia) fueron los responsables morales de la muerte de la familia de Anton, porque sabían que seguirían represalias al atentado.


Años más tarde Anton se encuentra con uno de estos "comunistas". Pero en lugar de hallar al responsable de su tragedia, encuentra a otra víctima de la violencia de la guerra. Al fascismo no había otra forma de combatirlo que con violencia. Hay que odiarlos un poco, pero sin ser llegar a ser como ellos. Su padre, por contra, era un ser pasivo, un actuario, que certificaba lo que otros hacían.


Finalmente, ya en su madurez, Anton se encuentra con Karin Korteweg. Ella y su padre motivaron la serie de acciones que condujeron a la muerte de su familia. Ellos podrían ser finalmente considerados los verdaderos responsables morales de esta tragedia. Incluso Anton llega a sentir satisfacción por el destino final del padre de Karin. Pero finalmente le es revelado que la primera acción, llevada a cabo por Karin y su padre, estuvo motivada por salvar de una muerte segura a los Aarts.


Es decir, los tres vecinos de los Steenwijk eran buenas personas, los Beumer inocentes y creyentes; los Korteweg quisieron proteger a los Aarts y no podían prever la gravedad de las represalias; los Aarts guardaban heroicamente un secreto que si los alemanes lo descubrían les costaría de seguro la vida y eso lo sabía el padre de Karin.



(Él mismo fue una persona valiente al ayudar al hijo de Ploeg y al tratar de impedir que su hermano Peter perjudicara a los Beumen, ¿quizá por eso sobrevivió?).


De suerte que...

De alguna manera Anton no pude escapar de esta idea, no tiene otra forma de racionalizar las cosas que llegar a esta explicación... Salvo que nada tenga explicación, los inocentes sean los culpables, y los culpables, inocentes, y que la vida sea un infierno (que todo suceda por causa de unos lagartos) y que nada tenga ningún sentido.


Creo que el final se ofrece como una forma de salir de estos razonamientos estériles, a través de una apertura hacia la comunidad y la participación en un ideal pacifista.

No hay comentarios: